Las rabietas de niños de 1, 2 y 3 años en adelante
¿Cuántas veces te has preguntado?
- ¿Estoy educando bien a mi hijo/a?
- ¿Estoy actuando de forma correcta ante algunos comportamientos o rabietas…?
¡Madre Mía !, ¡cómo hablar de éste tema tan delicado!…
Queridos papis y mamis, en éste artículo voy a hablar de este tema tan comprometido que a los padres nos tiene tan preocupados, un tema que nos inquieta y que llega incluso a quitarnos el sueño.
Pero no te alarmes, esto es muy normal… solo hay que tomar el mando para gestionarlo.
Como madre, os puedo decir que la educación de un hijo es el reto más complicado y difícil que se nos puede presentar.
Como te he contado en otras ocasiones, los padres debemos actuar como padres, dando todo nuestro amor y cariño a nuestros hijos, mimándolos, amándolos, pero también debemos ser educadores y actuar como tal .
Debemos educarlos para que puedan llegar a ser mejores personas en un futuro.
Así es, debemos educarlos, ponerles límites, hacerles entender lo que está bien y lo que no, hacerles ver que hay veces que su comportamiento no es el adecuado.
Les tenemos que hacer entender que hay otras formas, otras maneras de expresar lo que quieren y lo que sienten sin tener que llegar a esa frustración, que al final puede dar lugar a un comportamiento violento para él y para nosotros, y que seguramente acabará en las tan conocidas rabietas infantiles.
Rabietas infantiles en niños de 1 a 3 años en adelante
“ La famosa RABIETA”
¿Qué padre o madre no ha vivido alguna vez éste momento?
¿Qué padre o madre no se ha sentido impotente cuando su pequeño de 2 años se ha tirado al suelo en medio de la calle o en algún sitio público, gritando y llorando porque le hemos dado una negación a algo que él quería?
¡Tierra trágame!
¿Consiguió lo que quería?, seguro que sí ¿verdad?
Seguro que al final hemos cedido y le hemos comprado o dejado hacer lo que nos pedían simplemente por un motivo, para que dejen de formar escándalo, para que dejen de mirarnos las personas que nos rodean, pues bien, éste es nuestro primer fallo y te cuento por qué.
Los niños son muy inteligentes y saben perfectamente cómo ponernos nerviosos y como lo van a conseguir.
No pasa nada porque nos acerquemos a él e intentamos hablarle y hacerle entrar en razón, hablar con él y hacerle entender que esa actitud no es la adecuada, que cuando se calme entonces podremos hablar y “negociar” lo que nos pide.
Sé que es duro verlos así y dejarlos llorar, pero si ellos se dan cuenta de que no cedemos y que así no lo van a conseguir, la próxima vez se lo pensarán dos veces puesto que no le ha servido de nada actuar de esa manera.
Pues bien, si después de intentar negociar con él la rabieta persiste, intentad seguir con lo que estábamos haciendo, bien en casa o bien fuera, pero de una forma tranquila, ya veréis, hasta le podemos sorprender.
Seguro que se van a quedar desconcertados al ver nuestra reacción y sobretodo se van a dar cuenta de que no han conseguido nada, su rabieta poco a poco se irá calmando y ahí es el momento de prestarle nuestra atención, de hablar con él.
Pero si por el contrario cedemos y le damos lo que quieren, la próxima vez no van a dudar en comportarse igual e incluso la rabieta será aún mayor porque piensan que así lo podrán conseguir más rápido.
La primera rabieta con mi hija de menos de 3 años
A todos nos ha pasado y yo no soy menos, viví mi primera gran rabieta cuando Cintia tenía menos de 3 años. Te cuento como gestioné esta experiencia.
Un día mientras hacíamos la compra, se le antojó que quería comerse un paquete de galletas, era casi la hora de cenar, lógicamente le dije que no, que yo le compraba las galletas pero para después de la cena.
Sorprendentemente y con mi cara de asombro, de pronto se tiró al suelo llorando, gritando y pataleando y por supuesto yo también pensé: ¡Tierra trágame!…
Respiré hondo y me acerqué a ella diciéndole: “Cintia, con ésta actitud no vas a conseguir nada, cuando te relajes y te tranquilices vienes a hablar conmigo” y seguí comprando ante las miradas de muchas personas.
Supongo que estarían cuestionando mi actitud, o tal vez no, pero lo que sí estaba segura es de como manejar esa situación tan incómoda y que no iba a ceder simplemente porque estuviera en público.
Cuando la rabieta deja de ser eficaz para el niño
Cintia al cabo de un rato, ¡la verdad se me hizo eterno!, y viendo que no conseguía nada, vino a mi lado dejando de llorar, entonces ahí fue el momento de prestarle mi atención, de hablar con ella, de hacerle entender el porqué le he dicho ese “NO” en ese momento.
Es cierto que cada niño es un mundo, cada niño es diferente, cada niño tiene su temperamento, su inocencia y su forma de actuar. Piensa que para ellos, esa frustración, ese momento de rabia tampoco es agradable, por eso debemos de actuar desde pequeñitos.
Es desde pequeños cuando valoran los resultados de utilizar su estado agresivo y donde empiezan a entender qué herramientas les da más resultado para conseguir lo que quieren, por eso debemos intentar que cada vez vayan disminuyendo estas situaciones tan desagradables para todos.
No ceder en plena rabieta
Debemos poner límites y no ceder, sé que es muy complicado, pero tenemos que ser firmes para conseguir nuestro objetivo, EL BIENESTAR DE ELLOS Y SU EDUCACIÓN
La labor de ser padres es lo más bonito que nos puede pasar, pero a la vez es muy complicada y tenéis que tener en cuenta que los pequeños tienen que pasar por muchas etapas en su vida y cada etapa va a suponer un nuevo reto para nosotros.
Constantemente nos van a ir probando para ver dónde están nuestros límites, por eso tenemos que ser constantes en nuestra decisión de cómo actuar, tenemos que ir a “una” tanto el padre como la madre.
Evita las contradicciones delante del niño
No podemos quitar la autoridad a nuestra pareja y mucho menos delante de los niños porque así ellos se hacen más fuertes.
Si no estamos de acuerdo con el castigo, por ejemplo, o con la riña que el padre le está diciendo a nuestro hijo, no debemos intervenir en ese momento, lo haremos cuando el niño no esté escuchando para que él vea que tanto su mamá como su papá están de acuerdo.
“La educación de nuestro hijo/a es una labor que tenemos que hacer conjuntamente, entre todos, familia, escuela… el objetivo es mutuo, conseguir que en un futuro sean mejores personas, personas sensibles, con sentimientos y respeto hacia los demás, seamos un ejemplo para ellos».
La frustración que desencadena en rabieta
¿Por qué el niño llega a la rabieta ?
Si te das cuenta, el día a día con nuestro pequeño es una continua negación en la mayoría de sus demandas, ellos quieren hacer o conseguir cosas que no estamos de acuerdo, bien por seguridad, por su bienestar, etc.
Pero ellos no se dan cuenta ni saben el porqué de nuestra actitud, de hecho tienen todo su derecho a enfadarse, y éste enfado llega a la frustración que desencadena la rabieta. Nuestra labor es intentar ayudarles a controlar esas emociones y sentimientos que dan lugar a tan desagradable situación.
Tienen que llegar a madurar emocionalmente y para eso estaremos nosotros siempre a su lado, para indicarle el camino correcto, un camino que no va a ser fácil ni para ellos ni para nosotros. No penséis que de un día para otro van a desaparecer estos comportamientos, porque no es así, es un camino que nos tenemos que trabajar poco a poco para poder conseguirlo y os animo a que lo intentéis.
Resumiendo
Es inevitable que se produzcan las rabietas en niños de 1 a 3 años en adelante, pero a través del cariño y constancia podemos conseguir que este momento sea cada vez menos traumático hasta que llegan a entender que esos mecanismos no les funcionan.
A partir de aquí, utilizarán otros comportamientos con los que se sienten premiados y de los que a partir de ahora empezarán a utilizar.
De este modo, las rabietas de niños de 1 a 3 años y en adelante irán disminuyendo y siendo menos desagradables. ¿Lo has intentado ya?, ¿te ha funcionado?, me encantaría que me lo contaras aquí en los comentarios y juntos aprenderemos aún más de éste mundo tan maravilloso como es la educación de nuestros pequeños.
Un Besote.
La Seño Aurora.